El requisito de presentar un certificado de paz y salvo firmado por el administrador o dignatarios autorizados según la ley o el Reglamento de Copropiedad tiene como objetivo principal asegurar que no existan deudas pendientes con la propiedad horizontal. Esto protege tanto al comprador como al resto de los copropietarios, al garantizar que el vendedor no tiene obligaciones financieras incumplidas que podrían transferirse al nuevo propietario o afectar el funcionamiento general de la comunidad.
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