No es un caso, ni dos, son muchos los que llegan a nuestros oídos de personas que han sido engañadas con la finalidad de que asuman una deuda que no les pertenece y que de no ser por el engaño nunca hubieran tenido que pagar. Se dan casos de cobradores que trabajan para alguna compañía o institución financiera que llaman a los últimos números registrados de personas que por algún motivo mantienen la obligación del pago de una deuda y contactan con una persona que es familia de dicho deudor y le hacen creer que por ser familiar (madre, padre, hijo u otro) tienen la obligación de asumir el pago de la deuda que no les corresponde. En algunos casos los cobradores son tan inescrupulosos que prácticamente le dicen al familiar que, si no pagan la deuda ajena, entonces ellos serán los demandados con las consiguientes consecuencias de un proceso de cobro ante los tribunales de justicia. No tiene nada de malo intentar cobrar una deuda, pero es inmoral que se engañe a personas que no tienen la educación ni los medios para consultar a un abogado para que firme documentos asumiendo el pago de un dinero que en ningún momento gastó. Quisiera escribir lo más simple posible para que el presente escrito esté al alcance de todos los que lo puedan leer y no solo de técnicos en derecho, por lo que voy a hacer un resumen:
Esto último lo digo porque se dan los casos que le piden a un familiar que les lleve un certificado de defunción y una vez están en el sitio los abordan con engaños e intimidación para hacerles firmar compromisos de pago de una deuda que no es suya. Eso es inmoral y raya con lo ilegal, no debe aceptarse en ninguna circunstancia que existan personas o compañías que trabajen con el engaño y la intimidación para con personas que por su ignorancia no están en capacidad de saber si lo que le dicen es cierto.